Cada año, Estados Unidos ofrece protección a miles de personas que son víctimas de persecución o que pueden llegar a serlo por cuestiones de nacionalidad, religión, raza o por formar parte de un determinado grupo social o político. Siendo una de las peticiones migratorias más populares en los Estados Unidos. Según un informe publicado por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, en 2019 el país acogió a un total de 29.916 casos de refugiados y concedió el asilo a 46.508 personas.
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La principal diferencia entre asilo y refugio es que una persona que solicita el estatus de refugiado debe hacerlo desde el extranjero mientras que si se solicita el silo, la petición puede ser tramitada ya desde Estados Unidos o en un puerto de entrada, en un cruce fronterizo, puerto marítimo o aeropuerto.
Pero en cualquiera de los dos casos se requiere que el solicitante cumpla con la definición de refugiado que se establece en la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Según la INA, se considera como refugiado a aquella persona "que no pueda o no quiera regresar [a su país de origen] y no pueda o no quiera acogerse a la protección de ese país debido a la persecución o un temor fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad o pertenencia a un grupo social particular u opinión política”.
Pedir asilo en Estados Unidos permite que las personas extranjeras que quieran vivir en el país, adquieran un estatus legal y que, posteriormente, puedan adquirir la condición de residente permanente legal y, por tanto, la ciudadanía. En los últimos años, las solicitudes de asilo han aumentado considerablemente porque muchas personas se han visto forzados a salir de sus países de origen por cuestiones de pobreza, inseguridad o cambio climático.
Pero, aunque todas estas circunstancias son muy trágicas, la realidad es que no todas pueden ser calificadas para un asilo y deben reunirse los requisitos necesarios para poder residir en Estados Unidos de manera legal como asilado o refugiado. De hecho, muchas personas caen en manos de estafadores que les hacen creer que están en condiciones de solicitar el asilo.
Es el USCIS quien determina qué casos son elegibles para conceder el asilo. De ser aprobado, el solicitante recibirá una carta y un formulario I-94. Además, quedan incluidos el cónyuge y los hijos menores de 21 años que hayan estado presentes en Estados Unidos y que hayan sido incluidos en la solicitud de asilo, siempre y cuando pueda demostrarse que hay una relación que los califique para la obtención del beneficio.
En cambio, si el USCIS no aprueba la solicitud y el solicitante de asilo se encuentra en Estados Unidos de manera ilegal, el caso será llevado al tribunal de inmigración, que realizará una valoración adicional. Los hijos menores de 21 años y el cónyuge también se incluyen si fueron incluidos en la petición.
El solicitante recibirá un aviso de intención de denegación si se valora que su caso no es elegible para la concesión del asilo. En esta notificación se expondrán los motivos por los que el asilo ha sido denegado y el solicitante cuenta con un máximo de 16 días para mandar por escrito una carta exponiendo las razones por las que se le debe conceder o adjuntar algún otro documento que apoye su solicitud.
En caso de no responder en el plazo de 16 días o si la reclamación es rechazada, el solicitante recibirá una NOID y una carta de denegación final, incluyéndose a cualquier persona dependiente que haya sido incluida en el proceso de solicitud.
Hay que tener en cuenta que cada caso de asilo es individual y único, por lo que la posibilidad de aprobación depende de las circunstancias particulares. Para que te hagas una idea, en el año 2016 las cortes de inmigración recibieron 65.218 solicitudes de asilo, de los cuales 8.726 fueron aprobados, 11.643 denegados y 31.740 abandonaron el procedimiento sin esperar una decisión.
Una persona a la que le niegan el asilo político no puede apelar una decisión del oficial de asilo. La ley no contempla la apelación directa de una solicitud que ha sido denegada. Si el oficial ha cometido un error o no ha tenido en cuenta ciertas pruebas, lo que podemos hacer es presentar una moción para que nuestro caso sea reconsiderado o reabierto, debiendo ser presentada ante la oficina de asilo que ha gestionado la entrevista para que sea tramitado por la junta de apelaciones. Hay un plazo de 30 días para presentar este trámite, pudiendo permanecer en el país mientras tanto.
Eso sí, hay que tener en cuenta que las apelaciones de inmigración rara vez se conceden y solo se deben presentarse cuando el oficial ha cometido una equivocación grave. En esencia, estamos pidiendo a la oficina que revoque la decisión del funcionario de asilo individual que originalmente tramitó el. Y, como es obvio, la oficina de asilo suele ser muy reacia a revertir a uno de sus propios funcionarios.
No obstante, existe la posibilidad de presentar una nueva solicitud siempre que podamos demostrar que las circunstancias que influyeron en la elegibilidad de asilo han cambiado. Además, hay que tener en cuenta que, incluso si el asilo nos es denegado, podemos solicitar el permiso de trabajo.
Así pues, la petición de revisión del caso debe incluir uno o ambos de los siguientes:
Aunque para interponer un recurso de reposición no es necesario contratar a un abogado, es importante hacerlo, ya que de esta manera podremos recibir asesoramiento experto sobre nuestro caso, de manera que tengamos más posibilidades de éxito. Dicho recurso debe presentarse ante el organismo que ha dictado la resolución.
Esto nos permite permanecer en Estados Unidos mientras la apelación esté pendiente, con lo que evitamos el proceso de deportación del mismo modo que cuando la petición de asilo estaba pendiente con la corte de inmigración.
¿Cuánto tardarán en deportarme después de negarme el asilo?
Si, a pesar de ser rechazados para la condición de asilo, todavía contamos con estatus migratorio vigente porque no nos ha caducado el visado de turismo o estudiante, podremos seguir disfrutando del tiempo que nos quede sin mayores inconvenientes y salir del país por nuestra cuenta cuando llegue el momento. Es decir, en este caso no seremos referidos ante la corte de inmigración para iniciar un proceso de deportación o aprobación de asilo.
Por el contrario, si estamos de manera ilegal en el país y el USCIS rechaza el caso, el solicitante no tiene otra base legal para continuar en los Estados Unidos. Entonces, el oficial de asilo deberá referir el caso a un juez de inmigración para la adjudicación de la demanda en los procedimientos de remoción. Además, es necesario que se emita un aviso de referencia al juez, incluyendo un listado con los motivos de la referencia.
El funcionario también emite un aviso para comparecer ante el solicitante de asilo para dar comienzo al proceso de deportación. Se le permite solicitar asilo como defensa de la deportación para que el juez de inmigración haga su propia evaluación de la reclamación. Se analizará nuevamente si la persona tiene derecho a conseguir el asilo, lo que se conoce como proceso defensivo.
Sin embargo, a diferencia de la entrevista de asilo, que se supone que no es contenciosa, en la corte de inmigración, habrá un abogado del gobierno cuyo trabajo es cuestionar la petición de asilo, buscar lagunas en la historia del solicitante e intentar convencer al juez de que le niegue el asilo. Eso sí, ser enviado ante la corte de inmigración hace que conseguir un asilo sea mucho más difícil.
Por lo general, el solicitante tendrá dos audiencias:
Si lo desea, el solicitante puede abandonar o retirar su caso durante el proceso. Pero si prefiere continuar adelante, se le llevará ante el juez y si se observa que el miedo efectivamente es fundado porque su vida corre peligro, el juez puede aprobar la solicitud o denegarla.
Eso sí, hay que tener en cuenta que los procedimientos de deportación de los Estados Unidos no son nada fáciles de ganar. Para lograrlo, tienen que estar muy bien fundamentados con pruebas que realmente avalen el testimonio del solicitante. De lo contrario, es mejor que se valoren otras opciones para poder seguir residiendo en los Estados Unidos de forma legal. Con lo cual, es recomendable acudir a un abogado de inmigración para obtener más información sobre las mejores opciones en nuestro caso, en función de nuestras circunstancias particulares. Puede que sea mejor solicitar el visado de trabajo, por ejemplo.
El permiso de trabajo puede tramitarse una vez que hayan transcurrido los 150 días desde la presentación de la petición de asilo político ante las autoridades migratorias. Esto no varía aunque la petición sea denegada. Incluso si el juez nos ha denegado el asilo, los 150 días para pedir el permiso de trabajo siguen contando.
No obstante, ten en cuenta que no todos los abogados de inmigración son competentes para representar este tipo de casos ante una corte. Intenta buscar a uno con experiencia suficiente en este tipo de defensa y, sobre todo, con un historial amplio de éxitos en procesos de deportación para que puedas llegar ante el juez con un mínimo de garantías de éxito.
La condición de estatus de asilo no caduca, pero el USCIS puede proceder a la cancelación del estatus si ya no existe un temor de persecución el por haber cambiado las circunstancias o por haber obtenido protección de otro país. Pero además, si se demuestra que el asilo se ha conseguido de manera fraudulenta o que se han cometido determinados delitos que hacen inelegible a la persona para retener el asilo, el estatus también le puede ser cancelado.